Los valores institucionales que orientan y guían las actividades de nuestra institución son los siguientes:
1) JUSTICIA SOCIAL. El concepto alude a la idea de dar a cada uno lo suyo, lo que le es propio, lo que le corresponde, mediante una voluntad constante y perpetua de hacerlo. La anterior aseveración remite a la idea de dar a cada uno(a) según sus requerimientos y necesidades. El concepto de justicia social se refiere a la igualdad ante la justicia en todos los ámbitos de la sociedad; exige que las personas se encuentren dentro de un verdadero principio de igualdad de derechos y oportunidades. Alude a las relaciones entre los individuos en términos de equidad, y cuando se le agrega el término “social”, nos orienta a una visión más amplia que implica aspirar a la igualdad de oportunidades de todas las personas. Por lo que cultivar la “justicia social” desde nuestra institución, es tratar de compensar, corregir, contrarrestar o solucionar problemas surgidos por acciones injustas en el ámbito familiar, la escuela, la ciudad, el campo, la empresa, el mercado, la vida comunitaria a nivel nacional, en las relaciones internacionales, etc., en este rubro se incluye la singularidad de las personas, etnias, pueblos y naciones, sin dejar de lado el respeto mutuo y comprensión recíproca, que representa un buen contrapeso a las acciones injustas.
2) TOLERANCIA. La tolerancia implica una actitud de respeto de una persona respecto a aquello que es diferente a sus valores, supone respeto y entendimiento mutuo, aun cuando no se compartan los mismos valores. Asumir institucionalmente este valor implica desarrollar la capacidad de escuchar y aceptar a las demás personas, comprendiendo el valor de las distintas formas de entender la vida; Teniendo en consideración que estas diversas formas de ver la vida no afecten los derechos de las personas. La Universidad tiene como esencia la universalidad, la diversidad, por lo que uno de sus pilares fundamentales debe ser cultivar el valor de la tolerancia, en el reconocimiento de las diferencias, de la diversidad de costumbres y formas de vida. El concepto de la tolerancia, alude a una de las virtudes indiscutible de la democracia: El respeto a los demás, la igualdad de todas las creencias y opiniones; la convicción de que nadie tiene la verdad ni la razón absoluta, son el fundamento de ser tolerante. En una sociedad democrática, la tolerancia resulta no sólo necesaria como precepto de convivencia entre personas con iguales derechos y obligaciones, sino resulta ser éticamente obligatorio para toda la sociedad, en la medida en que establece el marco normativo para la confrontación civilizada y práctica de las opiniones.
3) COMPROMISO. El término compromiso está referido a una estipulación contenida en un contrato, es decir, a asumir ciertas obligaciones derivadas de un acuerdo; de igual manera puede considerarse como un contrato no escrito, lo cual genera una responsabilidad para quien o quienes lo asumen. Si partimos de la idea de que las personas se definen como seres sociales, por tanto, implica asumir un compromiso como tales, el cual es reconocido como compromiso social con el desarrollo del bienestar colectivo, con la sociedad de la que forman parte. Lo anterior implica que las personas sean formadas en la conciencia de este compromiso social orientado a la solución de los problemas que le rodean, requiere la coordinación de esfuerzos y acciones con las demás personas para mejorar la realidad en la que se vive. El compromiso social de nuestra institución involucra la necesidad también de desarrollar nuevas prácticas en nuestra manera de pensar, interpretar y definir compromisos congruentes con la realidad que se espera crear. Debe asumirse como la aportación voluntaria que debe hacer cada persona para crear un mundo justo. En nuestro contexto como institución de educación superior, existe un compromiso especialmente con la educación de los jóvenes.
4) AUTORREALIZACIÓN. La autorrealización concebida desde la perspectiva de nuestra universidad representa el cuarto eje sustantivo y articulador de los otros tres, lo cual implica que además de las labores que tradicionalmente se le reconocen a las instituciones educativas de nivel superior, de docencia, investigación y extensión, la universidad deberá cumplir diversas tareas que permitan el desarrollo integral de sus estudiantes, generando las condiciones para que estos puedan desplegar sus potencialidades de crecimiento, no solo en su dimensión intelectual, sino también física, ética y afectiva. La autorrealización entendida como un valor institucional que orienta el quehacer de nuestra universidad implica una visión unitaria, holística, acerca del sentido y propósito de nuestras funciones y actividades, las cuales tendrían como propósito fundamental propiciar el máximo desarrollo de las capacidades humanas de los universitarios, desplegando sus potenciales de 6 crecimiento. Desde esta perspectiva, la autorrealización aparece configurada como una posibilidad existencial que poseemos los humanos, por el hecho estructural de ser lo que somos biopsicosocialmente, que se potencia desde la capacidad inherente para decidir y elegir quienes queremos ser. En síntesis, la autorrealización es una necesidad y una posibilidad de lo humano, implica la decisión de asumirla y de aplicar las estrategias por alcanzarla.
5) RESPETO. El término respeto significa atención, consideración, alude a cuestiones morales y éticas; la observancia y promoción de este valor desde la universidad, permite que los universitarios puedan reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades y derechos de las personas, implica reconocer en sí y en los demás derechos y obligaciones. Este valor se manifiesta también hacia las autoridades y el conjunto de instituciones sociales. El respeto permite una sana convivencia y permite que la sociedad viva en paz.
6) HONESTIDAD. Este valor es considerado como una virtud humana, que consiste en comportarse con rectitud, con sinceridad, actuando con justicia y con base a la verdad. Cultivar y difundir este valor desde nuestra institución, implica que exista congruencia entre el pensamiento, palabras y acciones de los universitarios, involucra una idea clara sobre uno(a) mismo(a) y los(as) demás. Este valor permite vivir con integridad. Por lo anterior, el ejercicio de este valor requiere de un proceso de autoconocimiento, de vivir de manera permanente de forma consciente de su realidad y de las potencialidades y capacidades, así como de los derechos de uno(a) mismo(a) y de las demás personas. Por lo que es un principio que debe ser promovido desde las primeras instrucciones que recibe toda persona, tanto en el espacio familiar como en el educativo y de manera especial desde la universidad.